Saludos a mis lectores.
Hoy haré un escrito muy personal y algo bajo de dedicación.
Desde el jueves pasado hasta hoy lunes, he estado delicado de salud con un doble problema: debilidad y un fuerte dolor de cadera hacia el lado izquierdo producto de un incidinte..., no accidente.
He perdido en estos días tiempo y dinero ya que pedí licencia sin goce de haber en el trabajo.
Molestias tengo de vivir en este país llamado Perú, tengo cerca mío a gente insana y oscura que en lugar de facilitar el transcurrir de mis días, hace fastidios en grande extremos que malogran mi paz y mi natural disposición al estado permanente de felicidad en el alma.
Hago esfuerzos grandes por ahorrar dinero, la verdad en eso estoy desde 2006, con lo que pude conseguir me fui dos veces de viaje: el 2010 y el 201. En vista de que la situación no cambia desde el año 1992, tiempos en que salí con fuerza en la búsqueda de mi vida, he decidido abandonar el Perú y radicar en el extranjero. Para una persona sana, mayormente en la rigidez de la corrección y no corrupta como yo, el ser férreamente así, sosteniendo los principios y andar por buenos caminos, no le da ni amigos, ni dinero en Perú. Acá no se puede ahorrar gran cosa con lo que se gana en el trabajo, he sabido de gente viciosa que comete actos oscuros con tal de agenciarse dineros extras, no soy así, prefiero ganarme el dinero decentemente.
En mi caso, tengo la suerte de que siempre hay algo que genera gastos insospechados y otros. Además, tengo un gusto que no es vicio, pero es algo de mi debilidad, casi una necesidad por el disfrute y por calmar la sed voraz que tengo por la gaseosa, bebo muchas cantidades de esa bebida todos los días desde 1994 y he llegado a gastar en los más recientes meses hasta veinte Nuevos Soles diarios para saciar mi sed voraz, algo sexual en mí, calma mi necesidad por el sexo oral a las mujeres, pero no me deja ahorrar dinero.
En mi caso, tengo la suerte de que siempre hay algo que genera gastos insospechados y otros. Además, tengo un gusto que no es vicio, pero es algo de mi debilidad, casi una necesidad por el disfrute y por calmar la sed voraz que tengo por la gaseosa, bebo muchas cantidades de esa bebida todos los días desde 1994 y he llegado a gastar en los más recientes meses hasta veinte Nuevos Soles diarios para saciar mi sed voraz, algo sexual en mí, calma mi necesidad por el sexo oral a las mujeres, pero no me deja ahorrar dinero.
La situación no ha variado mucho en mi vida desde 1992, pero tengo esperanza en que voy a salir de nuevo del país, estoy pensando ahora irme de viaje a Panamá para radicar y buscar una esposa, de paso quiero llevar conmigo a mi hermano menor Kike que tanto necesita cambiar de ambiente, olvidar a gente maligna para ser una persona de verdad, lejos de la podrida y fea realidad de Perú.
Lo malo que paso es siempre por culpa de terceros, así ha sido la tónica en Perú, siempre. ¿Quién se hace responsable por los daños que me causan esos terceros?
Va a llegar el día en que lleve a la justica a los culpables de los daños que ajenos hacen en mi vida y en la de los míos, entre ellos, mi hermano menor. Hay un grupo de sapos que se dicen ser parientes, pero sólo están para buscar mi mal y hasta el final según me han dicho algunos. Esos ya saben ahora que hay gente justiciera extranjera que está conmigo y se van a tropezar muy grande mis enemigos cuando vuelvan a insistir en mi contra.
Por ahora sólo me queda pensar en el futuro y seguir ahorrando todo lo que pueda en dinero y estar listo para irme.
Ahora recientemente he sabido que se puede volar a Turquía y México sin necesidad de tener visa, eso me abre más posibilidades, lo de Panamá para mí es muy personal y hasta romántico, las panameñitas tienen una carita de niña que enamora con sólo verlas, así me gusta el amor, a primera vista tal y como ocurrió con las venezolanas en 1991.
Me voy a dormir, ya me suena hasta amenazante mi jefe, vamos a ver. No tengo culpa de lo malo que me pasa, es culpa de terceros, pero así tengo que asimilar como propias las culpas.
Hasta otro día.
César Ignacio.
