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sábado, 21 de septiembre de 2013

EL ARAÑÓN DE LA MUJER INVISIBLE

Las mujeres conmigo son predecibles, no varían de un momento a otro. Mas sí pueden cambiar drásticamente su dirección por etapas, no por momentos, e impulsadas cuando se sienten amenazadas por terceros. O comprometidas contra mí bajo la excusa de corrupción y dineros.

Hace semanas atrás conocí a una señorita llamada Mónica, ella es de figura exuberante, tiene de sobra más medidas de lo que normalmente una mujer tiene en sus caderas, trasero, tetas y demás. Su boca que aún anhelo fue esquiva.

La conocí en el una agencia del Banbif, en la fila para ser atendido. Se mostró muy entregada a la conversación, cortez y afable cuando respondía mis temas. Quedamos en volver a contactarnos. Así ocurrió.

Nos encontramos algunas veces aprovechando que he estado de para laboral algunos días, la cita era en un paradero de la avenida Caminos del Inca, Surco.

Personalmente diré que no puedo contener mis ímpetus de sexo ante ellas, soy directo y lo manifiesto rápidamente. Pero no quería arruinar la relación con Mónica, pensé, "acá me caso", por ello no me atrevía a mostrarme sexual antes de lo debido, su trato superior me inspiraba.

Mónica aceptaba mis tratos sumamente elevados, con adnegación de respeto y consideraciones de que era una dama. Hasta que de un momento a otro me salió con ademanes de insinuarse... Me sorprendió, no eran muchas veces que nos encontrábamos, no era como para que de un momento a otro me haga ademanes de rozarme con su mano los muslos y acicalarse el cuerpo, encima del pantalón.

De modo así como de un momento a otro ella cambió, yo me encendí y me desbandé con la idea de que ella quería sexo ya de una vez. Íbamos caminando, ella hacía lo suyo, yo le correspondía rozándole las nalgas con mi mano, no decía nada, me sentí más impulsado, y de una sola le toqué la parte sexual por encima del pantalón, le sobé allí los dedos... De inmediato me golpeó el brazo, me arañó la contraparte de la mano, muy fuerte hasta el razguño severo, mientras me hacía reclamos yo me acometía en disculpas y lamentos que al parecer no escuchaba.

Y comenzó a llorar. Le pregunté qué es lo que pasaba, porque yo me sentí impulsado a tocarla debido a que ella hacía lo mismo, lloró más. Y lamentándose me explicó que había alguien que no la quería conmigo, que no era capaz de decírmelo porque sentía amor por mí,  dijo que antes de dejarme por la amenaza que le habían hecho, quiso sentir mi cuerpo en sus dedos y manos. Suspiró fuerte y profundamente, y se fue sin que yo la quiera seguir, y la dejé ir por ella, porque sí la quise y la quiero y no espero que le pase nada malo.

Esa fue mi historia con Mónica.

Y de lo que quedó de ella es una mujer invisible que araña para muerte, pero que besa para vida, aunque sus besos nunca fueron míos, una fémina que no hace mal, ni era capaz de hacerlo, pero que me causó una fuerte tristeza y deseos de saber quién amenaza para poder vengarme. Y apareció de pronto un síndrome, cúmulo de síntomas en mi organismo que fue capaz de llevarme por malestar general a la cama, varios días.

El médico no se exlicó, no obstante los análisis de sangre que no arrojaban malo, qué es lo que había ocasionado ese proceso del cual ya he salido. Según sus sospechas, fue por un inyectable que era destinado a medicina veterinara y que por error me lo aplicaron en un centro de mala reputación. Otro de los motivos de lo que pudo haber ocasionado mi estado de salud falente, según el mismo doctor, podría ser por asuntos de psicología, lo explica en que mi mente no acepta el alejamiento con Mónica y generó una serie de secuelas como reclamo. Pero yo no le creo eso, no soy torpe, ni tonto y soy muy fuerte, esas cosas psicológicas no me afectan, he estado en situaciones muy fuertes y no me han movido ni un poquito.

Mi sospecha es que al costado de una botica en donde me aplicaron la inyección hace semanas atrás, había una veterinaria, sospecho que me aplicaron una sustancia para animales, descuido extremo de irresponsables.

Los resultados de la infestación fueron muy dversos: sueño permanente, mi piel se puso dura, mis uñas perdieron un poco su gran sedocidad y brillantez, las palmas de mis manos se pusieron muy blancas, los olores de mi cuerpo se fueron, incluso de los pies y axilas, al momento de miccionar era dificultoso, la defecación era lenta y había que pujar fuerte (no me ocurren normalmente problemas así), la punta de mi pene comenzó a formar capas permanentes y severas de una crema blanquecina, inolora, como una capa fuerte de células muertas, luego de la limpieza quedaba brillante y húmedo; mi aliento se pronunció en fétido, mi garganta formó moco duro, pero fácilmente expulsable. Pero mi concentración se azuzó, mi nivel de inteligencia no se mermó, al contrario, luego de la etapa del sueño me sentí muy impulsado a la actividad intelectual.

Extraño lo que me pasó.

Acá una foto de cómo lucía en pleno de los días en que estaba con los síntomas de la infestación, el recuerdo de Mónica me tenía con los ojos en permanente llanto:


Ahora estoy recuperado, volveré al trabajo, otra empresa, mejor espectativa.

Estés donde estés, Mónica, te mando un dulce beso en tus labios.

ME VOY A VENGAR DE QUIENES AMENAZAN A MIS MUJERES PARA QUE NO LAS TENGA PARA MÍ, SERÁ HASTA LA IMPLOSIÓN NUCLEAR, tómenlo con una AMENAZA, mejor así antes que como una frase.

César Ignacio.