Es increíble la realidad de los distritos Santiago de Surco y La Molina, Lima, han mantenido por largos años y hasta hoy muchas de sus calles, jirones y avenidas sin la puesta de veredas para que los peatones caminen por allí, las vías públicas se han convertido en una trampa mortal. Las municipalidades distritales en mención protegen a sus pobladores que tratan de alejar a los insanos mediante la bestial conducta de apartheid que es aborrecible en la pituquería zonal limeña, desprecio y sectarismo de algunos, así, las personas extrañas al lugar y que no tengan carro sólo podrá transitar por las calles de Surco y La Molina caminando y se expondrán seguro porque los carros pasan muy veloces. En los años 80´s era extremo y desagradable ese desprecio de apartheid, ninguna "chusma" debería transitar a pie por allí o era despreciado, los propietarios con la complicidad de sus municipalidades y la policía controlaban, entonces por defecto nunca pusieron veredas para transeúntes, algunos decían que el hecho era por "seguridad". ¡Ah carajo, nadie podía pasar por allí!, y yo que soy si no tengo carro, ¡ah carajo! Y ahora en estos días, he visto cómo los sinvergüenzas cholazos adinerados de esas zonas exponen a sus propios hijos menores ante los carros que pasan a toda velocidad al costado de esos cuando salen con sus nanas a pasear hasta en coches para bebes. ¡LOCOS!
La Municipalidad Metropolitana de Lima debería multar a los distritos de Surco y La Molina, y de inmediato construir las veredas BAJO AMENAZA a los propietarios, puesto que sus predios terminan en la vía pública, como saben todos y por Ley, en el borde de la fachada con la calle, o sea que ni los jardines que riegan y mantienen les pertenecen.
César.
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